Crónica Dakar 2020 – Capítulo 1: Donde todo empieza

Aquí empieza la crónica de Daniel Albero en el Dakar 2020. Contada en primera persona y en diferentes entregas en exclusiva para los seguidores del proyecto.

Texto original: Daniel Albero (@undiabeticoeneldakar)
Transcripción: Jordi Company (@Company_Vidal)

Como cada año -y con este ya van dos- me dispongo a escribir la crónica de lo que ha sido nuestra participación en el Rally Dakar 2020. Unas letras que sirven de anestesia en estas jornadas históricas marcadas por el coronavirus. Por unos instantes vamos a cerrar los ojos y transportarnos hasta el 31 de diciembre de 2019. Podríamos, incluso, echar la vista aún más atrás y hablar de todos los meses de preparación previa que nos han permitido poder estar en la línea de salida de Yeda (Jeddah) un 5 de enero de 2020 -¡el mejor regalo de Reyes!- pero vaya, volvamos al último día del año.

Salimos de Carcaixent (València) en coche. Voy con mi familia, Paco Folgado y Pilar –su mujer- como ya es costumbre. Aunque este año no estaré solo en el desierto. Este año tengo un equipo que me acompañará en esta aventura que se estrena en un nuevo continente como nosotros nos estrenamos en nuestro Dakar particular, con muchas más garantías y seguridad que la pasada edición de 2019.  Kike Belenguer, Jairo González, Richar Martínez y Octavio Bertolín: este es mi equipo. Un equipo de mecánicos, profesionales de la comunicación y ante todo, amigos. Esta será mi familia durante las próximas tres semanas. Nunca os podré agradecer lo suficiente todo lo que hemos vivido juntos. ¡Gracias!

¡Uf, que me enrollo! Volvamos al 31 de diciembre…

Salimos del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas a las 15:30h. Vaya, será la primera vez que celebre la Nochevieja montado en un avión. Vamos Jairo, Kike y yo –Richar y Octavio llegarán en un par de días- estiramos las piernas, cerramos los ojos y… ¡Yeda! Estamos aquí. Una sensación extraña, pero reconocible, me recorre el estómago. Una mezcla de ilusión, de responsabilidad y de respeto hacia todas las personas que han luchado conmigo durante tanto tiempo para estar aquí de nuevo. No será la primera vez que se manifieste esta sensación durante el rally.

El Hotel Crown Town se convierte en nuestra casa durante los próximos cuatro días hasta el inicio de la prueba. Aquí podremos realizar las últimas gestiones necesarias para empezar la prueba con la seguridad necesaria y que, además, me sirve como refugio para controlar mi Diabetes. Este año, en esto, tampoco estoy solo. La Dra. Teresa Martínez –una de las mejores endocrinas de nuestro país- me acompañará durante toda la prueba monitorizando a distancia mi diabetes. ¿Cómo? Pues entre otras cosas, con tecnologías como la bomba de insulina más actual y compacta del mercado que me facilita Jesús, de YPSOMED. Debo confesar que al principio no estaba demasiado convencido de utilizar este ‘aparatito’, pero sin duda –y después de debatirlo mucho con estos dos grandes profesionales- decidimos que era la opción más cómoda para competir, y sobre todo, más segura. De esta forma, la Doctora Martínez podía saber de mis niveles de glucemia casi en tiempo real, ajustar mi tratamiento y plantear nuevas propuestas para mejorar el futuro de todas y todos los dulces guerreros que libramos cada día nuestra particular batalla contra la DT1. Un abrazo, y gracias infinitas a Teresa y Jesús. Sin vosotros, esto tampoco hubiese podido ser posible…

¿Por dónde iba? Hagamos un repaso: 

Tenemos el hotel para estos días.

Tenemos controlada la DT1.

Mi equipo ya ha llegado al completo.

¿Qué nos falta?

¡Ah, claro! ¡‘Azucarilla’! 

Ella partió hacia Arabia muchas semanas antes que nosotros, y os debo confesar que me muero de ganas por saber cómo está. Me vuelve esta sensación al estómago. Junto a todo el equipo de asistencia ‘Pedregà Team’ -¡gracias por vuestro apoyo durante todo el Dakar!- está nuestra moto. Conectamos cables, arrancamos y nos vamos hacia el parque cerrado. ¡Qué ganas tenía de ti, ‘Azucarilla’! Vamos a vivir unos días fantásticos… Te lo prometo.

Parque cerrado. Lo preparamos todo para las verificaciones técnicas. Recogemos nuestro coche de alquiler para que el equipo se pueda desplazar durante todo el rally –nos costó lo suyo, pero lo conseguimos-, preparamos todos los bártulos necesarios para los trece días que durará este Dakar 2020 y conseguimos unas tarjetas para nuestros teléfonos. Puede pareceros una chorrada, pero no sabéis cómo de importante es estar conectados entre nosotros y, por supuesto con los nuestros que se encuentran a miles de kilómetros. Con los deberes hechos, nos vamos a la cama.

Mañana empieza todo. Vuelve esa sensación al estómago…
Algo me dice que este Dakar será muy intenso.

(Continuará)